Formados de manera completamente natural, los túneles de hielo son el resultado de una serie de procesos geográficos, climatológicos y ambientales que, combinados, crean este atractivo natural. Si alguno de estos factores se altera, el resultado puede ser una formación temprana, tardía o incluso la ausencia total del fenómeno.
Comencemos por el principio: la geografía del lugar. Debemos remontarnos a la última glaciación, cuando los hielos cubrían gran parte de la superficie terrestre, esta zona no era la excepción. Cuando se retiraron los glaciares dieron lugar a la formación de los valles junto con cuencas y lagos. Nuestro querido cerro La Torta fue uno de los afectados, y gracias a este proceso se formó el accidente geográfico que hoy vamos a visitar.
Los túneles de hielo se forman en una zona de la montaña en forma de “V” cerca de una cascada y de una pequeña colina. La función de la cascada es esencial en el proceso de formación de los túneles y lo hablaremos más adelante. Esta forma de “V”permite que la nieve del invierno se acumule tanto por su caída como por la acción del viento que la apila. La nieve por su propio peso se va compactando y se forma hielo duro como la roca. Por lo tanto, la nieve es el primer y principal factor climático necesario para la formación de los túneles, ya que si no nieva en invierno y no se acumula, por más que lo deseemos, en verano no habrá túneles.
Ahora bien, tenemos el lugar gracias a los glaciares y la nieve del invierno, pero ¿cómo se forman los túneles? ¿Recuerdan la cascada? Aquí entra en escena: gracias a ella, un pequeño arroyo desviado recorre ese hielo por debajo y poco a poco abre un pequeño túnel de apenas unos centímetros. Con el tiempo, el aire caliente logra entrar, permitiendo que el túnel crezca hasta que sea lo suficientemente grande para que
podamos ingresar.
Si al visitarlo debes entrar agachado, significa que debes esperar un poco más para que el viento continúe agrandándolo.
Y, claro, el factor ambiental (la temperatura) determina el derretimiento del hielo, y por ende, el momento en que podremos ingresar. Como habrán notado, los túneles de hielo se abren únicamente cuando la combinación de todos estos factores ocurre de manera natural. Por eso, esta excursión no tiene fecha fija, ni podemos predecirla. Ahora bien, una vez que el túnel está abierto y podemos ingresar, surge una pregunta importante: ¿cómo es que permanece abierto, a veces durante todo un mes, con temperaturas de hasta 30 grados en verano? La cascada, una vez más, juega un papel clave. El agua cae en forma de spray sobre el hielo, lo cual lo enfría y lo protege del sol abrasador; además, por las noches, cuando las temperaturas bajan, el agua rociada se congela nuevamente.
De esta forma, el derretimiento es gradual, ocurriendo de adentro hacia afuera, lo cual le da su particular forma y tamaño.
Para recapitular: la geografía permite que la nieve se acumule, esta se compacta formando hielo, y la cascada forma el túnel hasta que el aire caliente logra expandirlo y protegerlo las 24 horas del día.
Una verdadera maravilla de la naturaleza, con tiempos y procesos propios. La montaña es la que dicta cuánto puede durar el túnel: a veces un mes, otras solo dos semanas, y puede formarse tanto en diciembre como en febrero.
Nosotros no controlamos los tiempos. Lo único que manejamos es la camioneta que nos lleva hasta allí, para que puedan ver con sus propios ojos este fenómeno. El resto se lo debemos a nuestro querido cerro La Torta, sin él, nada de esto sería posible.